Alfredo Jaar realizó una nueva instalación fotográfica, en este caso en homenaje a Clotario Blest, reconocido sindicalista chileno, del cual se tienen pocos documentos antes de su muerte. Clotario Blest se hizo fotografiar por Jaar en los años ’80. En aquella memorable sesión fotográfica, el artista le sugirió a Clotario Blest representar la sinuosidad de la Cordillera de los Andes ya que, a juicio del artista, él representaba la versión humana de la Cordillera, su presencia, su solidez y majestuosidad.
En las palabras del artista, “es imposible concebir la dignidad y los logros del trabajador chileno sin Clotario Blest, él es parte integral del paisaje social así como lo es la cordillera de nuestro paisaje urbano”. La sola presencia de Clotario Blest como modelo fotográfico pone en relevancia las dislocaciones que la historia reciente del país posee, pues su figura conlleva un conjunto de demandas y luchas sociales que se han gestado durante los últimas décadas en Chile.
La trayectoria de Alfredo Jaar se ha caracterizado en su búsqueda por despertar la sensibilidad sobre algunos de los grandes dramas sociales en el mundo en vía de desarrollo. Es autor de una obra que combina la fotografía, el cine y las instalaciones, así como también las intervenciones urbanas. A raíz de un peregrinaje a Ruanda en 1994, Alfredo Jaar fue testigo de las consecuencias catastróficas del tercer genocidio del siglo veinte y vivió su trauma como un espacio de silencio y de oscuridad. Las imágenes chocantes de las matanzas dejaron de tener sentido para él y propuso negociar estas realidades crudas con nuevas estrategias de representación. Sus trabajos, críticos y llenos de compasión, mantienen una visualidad poética que dignifica las víctimas a la vez que sensibilizan al espectador.
[fotografía. alfredo jaar] [sitio. alfredo jaar] [texto. Ingrid Wildi Merino & Kathleen Bühler]