Cada generación construye su propia ciudad, en función de las condiciones sociales, económicas, tecnológicas y culturales de su tiempo.
Desde este punto de vista, el proyecto Sociópolis, promovido por la Generalitat Valenciana y que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Valencia, es una oportunidad para proponer un nuevo modelo de desarrollo urbano que responda a las nuevas condiciones de habitabilidad para el principio del siglo XXI. Porque ya no vivimos en una metrópolis compacta, sino en una metápolis discontinua; en un territorio amplio recorrido por vías de transporte y ocupado por núcleos de población, centros logísticos, parques industriales y centros de comercio y ocio sobre el que los ciudadanos (locales, nacionales y extranjeros) se desplazan según sus necesidades.
En esta situación es tan necesario proponer estrategias para la renovación y compactación de los centros urbanos, como la integración y protección de los elementos paisajísticos, naturales y geográficos de nuestro entorno.
El reto de construir un nuevo barrio en límite entre la ciudad y la huerta de Valencia nos ha permitido explorar esta nueva condición híbrida, abierta, y dinámica del territorio y proponer un nuevo modelo para la construcción de los bordes urbanos.
Porque al reto de construir casi tres mil viviendas protegidas, accesible a jóvenes, mayores y familias de rentas limitadas, le hemos añadido el reto de integrar el paisaje que nos rodea, y que hemos heredado de nuestros antepasados.
Y para ello ha sido necesario reformular los conceptos mismos del urbanismo con el que tradicionalmente se opera en la ciudad, a partir de la excepcional oportunidad que ofrece un proyecto promovido por un organismo que tiene las competencias en materia de vivienda, urbanismo y medio ambiente. Urbanismo fue una palabra inventada por Ildefonso Cerda para designar la ciencia del crecimiento urbano, basado en la implantación de una trama racional, superpuesta a una trama agrícola y en el que a los propietarios de una porción de suelo agrícola, se les trasfería la propiedad de una edificabilidad en un suelo urbano. Bajo este principio se han desarrollado tanto los ensanches del siglo XIX, como la ciudad moderna del XX, la ciudad de baja densidad de inspiración americana, o el revival historicista del final del siglo pasado.
Pero ahora nuestro reto es conseguir hacer crecer la ciudad, integrando en nuestros desarrollos los elementos culturlaes y antopológicos del paisaje que nos rodea. Construir y proteger se realizan en el mismo acto. Frente a la dicotomía ciudad-campo, ahora proponemos conseguir una transición inteligente entre estos dos modos de asentamiento anteriormente antagónicos, una integración que permita reconocer en este caso el valor social y cultural del paisaje de la huerta de Valencia, e integrarla en el suelo urbano, mediante estrategias de gestión adecuadas.
Ante una sociedad global, cada día más uniformizada, el reconocimiento de los valores culturales y paisajísticos propios de cada territorio en una cuestión fundamental para transferir calidad de vida a sus ciudadanos y afirmar una identidad propia que permita obtener una ventaja competitiva.
Por ello, frente al urbanismo del siglo XX, construido en función de la velocidad del automóvil Sociópolis propone un nuevo modelo de desarrollo "tecno-agrícola" que garantice la creación de un entorno local de alta calidad ambiental a ser usado a baja velocidad por sus habitantes, y una conectividad global mediante las redes de información y los sistemas colaborativos de un barrio digital avanzado, que permita una actuar en cualquier lugar del mundo en tiempo real.
Sociópolis es local y global simultáneamente.
Valencia, con este y otros proyectos, se confirma como caso paradigmático de esta nueva ciudad del siglo XXI, que goza de una gran calidad ambiental próxima, y que es capaz de proyectarse y hacerse accesible al mundo.
Sociópolis, por lo tanto trasciende a una cuestión puramente cuantitava de crear un alto numero de vivienda protegidas, para transformase en una cuestión cualitativa. Más que construir viviendas, debemos crear entornos habitables en los que se resuelvan las diferentes cuestiones que garantizan la habitabilidad de los ciudadanos a diferentes escalas: el barrio, los edificios y las viviendas. Sociópolis como actuación integrada que es, permite proponer un nuevo modelo de desarrollo urbano "disdenso" (discontinuo y denso), en el que la ciudad y el parque se construyen como un todo, en el que sus edificios resuelven nuevas cuestiones funcionales, tecnológicas, y ambientales, y proponen tipologías de viviendas especificas que responden a las necesidades de las unidades familiares de nuestro tiempo.
[texto. Vicente Guallart] [sitio. sociópolis]