Una mujer irrelevante / Oscar Wilde


[...] Habla todo el tiempo. Pero carece del don de la conversación. No tengo ni idea de lo que habla. No lo escucho hace años.

Bueno, te lo diré si prometes solemnemente decírselo a todo el mundo.

Mi querida señorita, había mucha verdad, creo, en lo que decíais, y estabais muy bella mientras lo deciais, lo cual era mucho más importante.

Las generalizaciones en lo intelectual son siempre interesantes, pero las generalizaciones en lo moral no tienen ningun sentido.

Los exámenes carecen de cualquier tipo de valor. Si un hombre es un caballero sabe lo suficiente, y si no es un caballero todo lo que sabe lo perjudica.

La historia de las mujeres es la historia de la peor forma de tirania que el mundo haya conocido. La tiranía del débil sobre el fuerte. Es la única tiranía que perdura.

La única diferencia entre el santo y el pecador es que el santo tiene un pasado y el pecador un futuro.

Todo pensamiento es inmoral. La destrucción está en su entraña. Si piensas en algo, lo matas. Nada sobrevive al pensamiento[...]


[texto. de Una Mujer Irrelevante por Oscar Wilde] [imagen. en The Wasp de San Francisco, Estados Unidos, 1882.]