Cartografías Urbanas / Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste



Apuntaba el recientemente desaparecido William Mitchell en e-topía: “la arquitectura ya no es simplemente el juego de los volúmenes bajo la luz: ahora incluye el juego de la información digital bajo el espacio.” Esa razón hace imposible analizar actualmente la ciudad única y estrictamente a través de su materialidad. La velocidad de la evolución de la tecnología digital (y el modo en que modifica nuestros modos de hacer, de comunicarnos, de habitar) se acelera exponencialmente, superponiéndose a la lentitud con que, comparativamente, se modifica la ciudad. Hoy vivimos en entornos construidos sobre los que se halla superpuesta otra capa de ciudad, construida mediante la tecnología, y que interviene de una manera que es absolutamente decisiva para entender cuáles son las dinámicas reales de la urbe contemporánea y, consecuentemente, plantear su definición. El análisis de esas nuevas formulaciones experimentales a través de las que analizar la ciudad actual es el tema de Habitar. Redibujar el entramado urbano, una exposición que podrá visitarse en LABoral hasta el 8 de noviembre y que se trata de una nueva propuesta del proyecto Mediateca Expandida.


José Luís de Vicente y Fabien Girardin, comisario y asesor conceptual respectivamente de esta exposición, plantean que uno de los conceptos ‘posibles’ para explicar la evolución del pensamiento arquitectónico y urbanístico desde la segunda mitad del siglo XX hasta el presente sea el de la progresiva desmaterialización de la ciudad: “la ciudad hoy pasa a ser vista cada vez menos como un espacio construido y cada vez más como el conjunto de procesos dinámicos y flujos humanos que suceden sobre su infraestructura”. Desde este concepto, urbano a través de las diecisiete propuestas producidas por artistas, estudios de arquitectura y diseño así como centros de investigación y media labs y los ensayos presentes en el catálogo que la acompaña, que hacen patente cómo el paisaje urbano actual precisa de la producción e intervención de nuevas metodologías para analizar las dinámicas que suceden sobre el espacio urbano. La exposición presenta una perspectiva de la heterogeneidad de prácticas, herramientas, soluciones y lenguajes que se están desarrollando para analizar las nuevas condiciones de lo urbano y cómo se está redefiniendo la experiencia del espacio íntimo y público, en paralelo a esas modificaciones que están atravesando las cualidades de lo urbano.

Esas propuestas que integran Redibujar el entramado urbano nos sitúan ante la afirmación de la necesidad de abordar el análisis sobre la ciudad contemporánea casi obligatoriamente desde una aproximación experimental que permita la integración multidisciplinar de conocimientos que permitan elaborar esos nuevos procesos y sistemas de análisis que no sólo permiten la computación y registro de datos desde una finalidad meramente estadística, sino también comprender cómo esos patrones de uso y la información digital amplifican la consciencia colectiva del medio urbano como un organismo vivo.

Molly Wright Steenson sintetiza en su ensayo el potencial que estos nuevos modos de analizar y describir la ciudad proponen: “Nuestros cuerpos son el hardware y nuestro comportamiento el software. ¿Cómo se funden nuestros cuerpos con estas ciudades nuestras intermediadas por el software? ¿Y cómo pueden nuestras ciudades aprender de nosotros? “. Éste es un concepto que examinan los proyectos desarrollados por SENSEable City Lab, donde mediante análisis de las dinámicas en tiempo real mediante datos tomados de teléfonos móviles y vehículos en un fragmento de tiempo concreto con motivo de un acontecimiento especial en la ciudad, la visualización de la ciudad desde una perspectiva aérea o el seguimiento de la basura pueden ayudar a detectar y reducir las ineficiencias existentes en el sistema urbano.

“Las perspectivas de la urbe como un conglomerado histórico de construcciones e infraestructura se ven aumentadas por unas visiones dinámicas de la ciudad con sus redes de información, tecnologías móviles, movilidad creciente de los ciudadanos y presencia de parámetros medioambientales. Estas arquitecturas blandas e invisibles dan forma a unos entornos sensibles y reactivos dotados de unas capas informacionales integradas en el diseño real del espacio físico” explican de Vicente y Girardin, manifestando cómo estos sistemas se abren a la interacción de los habitantes de la ciudad con su tejido, proponiendo lo que puede entenderse como una nueva posibilidad de relación a nivel sensorial e incluso político con ella.

Éste último aspecto es el que abordan con interesante claridad los ensayos de Benjamin Weil y José Pérez de Lama corroborando cómo las dinámicas de la era digital y los nuevos modos de analizar la ciudad, evidencian el colapso de la racionalización e ideal estandarizado del espacio público al ofrecer la posibilidad de hackearlo y generar inusitadas formas de reapropiación de ese territorio, reafirmando a la vez la identidad individual del ciudadano.

Dentro de este territorio político y planteando la necesidad de reflexionar acerca de cuáles son los límites democráticos para la tecnología, se encuentra en la exposición el proyecto Kit de supervivencia para ciudades sensibles de Mark Shepard: una propuesta de dispositivos electrónicos y software personalizados que plantea una concienciación acerca de los riesgos sobre el posible advenimiento de una proliferación de sistemas de información que generen una ciudad inteligente, eficiente y ‘sensible’ a las dinámicas de cada individuo, pero con el inherente riesgo de culminar en generar una ciudad controladora y sobre-codificada que limite la autonomía y privacidad del ciudadano para habitarla. Frente a esta necesaria especulación, se plantea como posibilidad de respuesta un proyecto como ‘Citilab-Cornellà’, basado en la idea del software libre y en el objetivo de crear una red on-line que integre a instituciones, empresas y particulares que repercuta en la calidad de la vida cívica e inocule en ella nuevos estímulos de innovación.

Redibujar el entramado urbano reafianza la idea de que la ciudad contemporánea ha adquirido a través de la tecnología digital una nueva condición como elemento vivo, y es que preciso examinarla a través de esa nueva dimensión tecnológica e imbuyendo de experimentación a las formas reales de vivencia de esa tecnología en el espacio que habitamos.

[texto. por Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste en el suplemento cultural de ABC, Madrid - Número 962] [sitio. btbW/Architecture]